Difícil es discriminar
en un montón de
matorrales
sin perder la razón
ni vivir en un mundo
extraño
rico en matices que
nadie reclama
acaso no es eso la
soledad.
sin llegar a ser otra
cosa que piedras
sin poder discernir
qué es arraigo y qué desamparo.
Cuando no se sale de uno mismo
la misma emoción
encubre dos amenazas.
Todo ha de estar a mano
cuando no hay un más allá
Todo ha de estar a mano
cuando no hay un más allá
es lo mismo el temor y el deseo
a quién desear cuando todo es deseo
a quién culpar del miedo
cuando todo empieza y
acaba en uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario